Cuando es un cachorro nos puede parecer divertido y tierno, pero cuando crece se convierte en un problema, ya que puede ladrar, aullar o de alguna manera llamar nuestra atención.
Lo más importante es dejar de darle comida mientras estamos en la mesa, por mucho que pida, gima o moleste. Es necesario que esté toda la familia de acuerdo y que se cumpla siempre, ya que en el momento que, de lo contrario, cualquier bocado esporádico que le ofrezcamos no hará sino reforzar el comportamiento que queremos evitar. Por tanto, debemos cumplirlo de forma estricta.
Estaremos así utilizando un método que en psicología se denomina “extinción”, que permite eliminar un comportamiento al no prestarle atención.
Si logramos cumplirlo, en un par de semanas el perro habrá dejado de pedir comida en nuestra mesa.
También es bueno darle de comer antes de que comamos notros. De ese modo, no estará hambriento y será más fácil que nos deje tranquilos y más sencillo para él dejar de pedir comida.
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